sábado, 13 de julio de 2013

ANÁLISIS SOCIAL Abril - Junio 2013


N
arcotráfico, proliferación de armas, prostitución, enfermedades epidémicas, muertes por accidentes, contaminación ambiental, violencia de toda naturaleza, con grandes proporciones intrafamiliares; falta de prioridad en la UASD, complicidad de funcionarios en actos delincuenciales, sindicalistas muy severos en el reclamo de derechos pero ligeros en el cumplimiento de sus deberes, el estilo del uso de niños como trata de personas, oficiales de organismos armados del Estado integrantes de asociaciones de malhechores, irrespeto por el campo santo, son delitos que frecuentemente publican los medios de comunicación.

Lo más penoso de todo esto es que la mayoría de las personas, tanto víctimas como victimarias, es gente que podría quedarle más tiempo por vivir que el ya vivido.

En sintonía con nuestro compromiso con la educación en valores inspirada en el humanismo cristiano, destacamos algunas inquietudes con relación a las noticias de orden social.

Son frecuentes las opiniones, incluso de funcionarios estatales, que favorecen la legalización del consumo de droga y la libre importación de armas de fuego, como vía de control de estos instrumentos de muerte.

En nuestra opinión, la ley debe estar siempre al servicio  del bien como fundamento del respeto a la vida. Por lo tanto, entendemos,  que la legitimidad de una ley debe estar orientada a preservar la vida y a sancionar todo atropello a los seres vivientes a partir de la persona humana. Drogas y armas son instrumentos de muerte y consecuentemente su comercialización es moralmente ilegítima.

Si profundizados un poco en la esencia de todos estos problemas, y otros que no aparecen en los medios de comunicación, percibiremos que tienen una estrecha relación y conexión.

Como tenemos  la firma convicción  de que la solución a todos ellos solo la encontraremos a partir de la palabra de Dios, cuya esencia son sus mandamientos, me complace compartir  con los lectores de Humanismo Integral el “diálogo” entre Jesucristo y el joven rico, que nos enseña en el Capítulo XIX de su Evangelio según  San Mateo: 

“…se le presentó uno y le preguntó: ¿qué tengo que hacer de bueno para conseguir vida eterna?. Jesús le contestó…. Guardas los mandamientos… no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, sustenta a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo”.

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