sábado, 13 de julio de 2013

ANÁLISIS POLÍTICO Abril - Junio 2013


I
rracionalidad del manejo presupuestario, el comportamiento de funcionarios en relación con la declaración de sus bienes, inequidad laboral, corrupción administrativa, inadecuado endeudamiento, el financiamiento a los partidos políticos, son temas políticos que ameritan una profunda reflexión para superar la conocida expresión: “más de lo mismo”; a lo que se requiere agregar: “los versos de la canción popular: “por eso estamos como estamos/por eso nunca progresamos”, por supuesto concibiéndolo en función del bien común.

La irracionalidad, reveladora de una pobreza de criterio presupuestario, es muy grande y de diversa naturaleza.

Algunas de las noticias que sobresalen en las informaciones de los medios de comunicación revelan:    impuntualidad en los pagos de  compromiso del pago de cuotas a organismos internacionales; uso extralimitado del gasto público;  exceso de pensiones en comparación con la inequidad en los sueldos de los trabajadores del Estado;  los jubilados del sector público desamparados del seguro de salud, para poner algunos ejemplos.

La resistencia de funcionarios públicos a presentar las declaraciones juradas de sus bienes, la inequidad en los sueldos de los empleados estatales, los privilegios usados con recursos del presupuesto público, son tipos de corrupción que solo se diferencian en la forma.

El financiamiento de los partidos políticos, pudo haber sido una forma  más equitativa, racional y honesta, que la usada en el pasado con las “exoneraciones” que luego eran vendidas.

Muchos de estos grupos no deberían estar reconocidos, porque nada aportan al sistema democrático sino que su estatus obedece al comportamiento de sus dirigentes de girar en torno a prebendas del partido con mayor probabilidad de capturar el Estado. Y ninguno merece ser valorado como democrático.

Desde los tiempos aristotélicos, hasta nuestros días, la esencia de la democracia consiste en que la autoridad reside en el pueblo  que la delega en el grupo político que en una determinada coyuntura entiende que mejor podría representarlo

La democracia es un estilo de vida fundamentado el valor de la libertad encarnada en dirigentes con un comportamiento de personas libres y liberadoras que hacen de los partidos que dirigen una escuela que constituye una dialéctica magisterio-discipulado con horizontes de eternidad.

Lamentablemente, no percibimos a ningún dirigente que encarne el valor de la democracia, ni siquiera al interior de su propio partido. Todo es una negociación entre supuestos poderes.

La corrupción lo ha acomodo todo, incluyendo la Constitución y las leyes,  a los intereses particulares,  contra los ciudadanos a quienes se les obliga sutilmente a financiar a grupos políticos que son de su simpatía.


La FHI procura contribuir en la formación de un liderato que augure un futuro verdaderamente democrático que encarne una política como la soñó el Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte: “La política no es una especulación; es la ciencia más pura y la más digna, después de la Filosofía, de ocupar las inteligencias nobles”. (IDEARIO DE DUARTE, compilado por Vetilio Alfau Durán).

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