domingo, 30 de diciembre de 2012

NUESTRA COLABORACIÓN CON EL GOBIERNO DEL PRESIDENTE MEDINA



D
e entrada, conviene aclarar que, como nuestra revista es órgano de difusión de la FHI, es educativa, de orientación ideológica política no partidista, fundamentada en la doctrina del humanismo integral; de periodicidad trimestral, y, consecuentemente,  es diferente a los demás periódicos, incluso los de su género.

Aclaramos,  además,  que este editorial es, en esencia, continuación del de la edición anterior, por un lado; y, por otra parte, que  no nos mueve ningún interés particular, sino el bien común dominicano, enraizado en la justicia y la equidad y cuyo producto es la paz; nuestros recursos, humanos y físicos,  proceden de personas comprometidas con el humanismo cristiano.

Hecha esta aclaración, nos centramos en la política fiscal del Gobierno actual.

La política fiscal,  variable de la política económica que, junto con la política monetaria, constituyen el quehacer del Estado en la actividad económica, puesta servicio del desarrollo integral, como expresión del bien común.

El instrumento de aplicación de la política fiscal es el presupuesto estatal, que contiene  dos variables: las estructuras tributaria y fiscal.

Existe una tendencia generalizada a rechazar la expresión “reforma fiscal”, debido a las experiencias anteriores de su mal uso como eufemismo de incremento tributario, con el agravante de que, al vivirse  una  época marcada por el facilismo, estos gravámenes  se aplican, esencialmente,  a los impuestos al consumo, reduciendo el poder adquisitivo de los consumidores y  la disponibilidad monetaria de los empresarios, especialmente de las empresas más pequeñas.

Aplaudimos el procedimiento que, en materia fiscal ha venido siguiente el Presidente Medina, que, entendemos animado de prudencia, con acciones concretas y sin muchos discursos; mientras  llamamos a las personas de buena voluntad que encarnan diferentes sectores del país, a no reclamar, y mucho menos exigir, cosas que no estarían en capacidad y disposición de hacer ellas en las mismas circunstancias.


II

N
umerosas designaciones han alarmado a muchas personas. Algunas de esas designaciones no son de nuestro agrado. Tampoco nos satisfacen algunas propuestas tributarias que obedecen a intereses particulares, contra el bien común y, por ende, impiden el desarrollo integral del país.

Entendemos, sin embargo,  que el Presidente Medina tiene serias limitaciones económicas, legales, partidarias y de otros sectores de poder tanto internos como externos.

Como el período de esta edición concluye en el Mes de la Biblia y, convencidos  como estamos de que esta fuente de sabiduría conviene aún a los que no creen en Dios, cito una frase de un hombre modelo,  quien “pasó por el mundo haciendo el  bien”, que entendemos muy útil no solo al Presidente Medina sino también a los funcionarios de su Gobierno: “no está hecho el hombre por el sábado sino el sábado por  el hombre”. Vale decir que, con prudencia, nada impide hacer el bien. Mi padre decía con frecuencia, y, más aún, lo ponía en práctica: “ni imprudencia ni cobardía”. Yo lo aplico en términos positivos: prudencia y valentía.

Lo anterior me conduce a la esperanza de que el Presidente Medina, hará, en breve, sustitución de designaciones; y, al mismo tiempo, no hará nada que vaya contra el bien común, y menos  para complacer intereses de poderosos, que, en definitiva, su poder es efímero en comparación con el futuro inmediato, mediato y lejano de nuestro país.

DESEQUILIBRIO PRESUPUESTARIO

P
resupuesto es estimación de ingresos y egresos. Para conseguir su equilibrio, que es lo conveniente para el Estado,  se hace necesario un ingreso similar a un egreso; un excedente  supone  mayor ingreso que egreso; un egreso mayor, provoca un déficit y, consecuentemente, un desequilibrio.

Existen  dos formas para restaurar  un desequilibrio de esta naturaleza: aumentando los ingresos o disminuyendo los gastos.

Los egresos en gastos son tan grandes en el Gobierno dominicano, a consecuencia de una mala gestión,  que su disminución no solo evitaría nuevas cargas tributarias, sino que podría realizarse,  con sus excedentes,  grandes inversiones en infraestructuras físicas y sociales, con recursos internos.

NUESTRA PROPUESTA
 1) La austeridad debe comenzar por una reducción de los desembolsos en los gastos personales, incluyendo una reestructuración de las funciones que encarnan esos funcionarios.

2) Disminución de los impuestos al consumo

3) Incremento de la inversión.

4) Planificación, de cada actividad, estableciendo las metas, evaluando sus resultados y corrigiendo los efectos negativos, incluyendo la sustitución de recursos humanos responsables de los fracasos.

5) Hacer de las empresas estatales, funciones públicas y organismos descentralizados,  modelos de eficiencia y eficacia gerencial.

6) Convertir la CDEEE  en una empresa mixta unificada en tres gerencias departamentales que serían generación, distribución y contraloría, dirigida por gerente general.

7) Disminución  y control  de la inflación, motivada básicamente por altos costos de servicios estatales y privados, dentro de los cuales están los impuestos al consumo, combustibles, eléctricos,  transporte, comunicaciones; así como especulación comercial.

8) Regular la inversión extranjera de manera que contribuyan al desarrollo del país, sin afectar la sostenibilidad, comenzando por el respeto al medio ambiente.

9) Crédito sólo cuando responda a las condiciones de baja tasa de interés, inversión de 100% y capacidad para generar su propia devolución. 

10) Las designaciones deben hacerse de manera que recaigan en funcionarios que encarnen dignamente el cargo asumido, por su capacidad integral.

OBSTÁCULOS Y SOLUCIONES

Hay que destacar que muchas estructuras, algunas de ellas con objetivos similares, sus gastos no consisten solo en el pago de sueldos sino en una serie de desembolso adicionales. Lo racional es que sean fusionadas, lo mismo que otras de naturaleza diferentes que no requieren ser ministerios podrían integrarse a estructuras ya existentes o crear una nueva que las asile a todas.

Entendemos que pueden existir algunos inconvenientes pero fácil de resolver si los políticos están realmente comprometidos con una  auténtica democracia. Algunas situaciones las puede resolver directamente el Presidente Medina;  otras con la colaboración del PLD, que controla casi todos los Poderes del Estado; en algunos casos se podría requerir de la cooperación de sus aliados; y en otros, muy pocos, por suerte,  con el apoyo del PRD que, aunque dividido, está en el deber de hacer “una oposición constructiva”, si quiere subsistir aprovechando este momento que aún cuenta con la mayor fuerza política del país y una considerable proporción del Estado con sus diputados, alcaldes y regidores.

(Editorial de la edición julio - septiembre de la revista "Humanismo Integral".) 

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