domingo, 30 de diciembre de 2012

DEL "FIAO" A LA COSTUMBRE DEL AHORRO


E
l fiado o comportamiento de adquirir bienes o servicios para pagarlos en el futuro tiene un carácter universal en el tiempo y el espacio. Nosotros no somos una acepción, tanto que es frecuente la expresión de la sabiduría popular: “en habiendo quien fíe, aunque  no haya quien pague”. En cambio, la sabiduría bíblica enseña: “lo que rebosa del corazón, lo habla la boca”.

De modo que, aunque se diga como una broma, en la práctica podría convertirse en una combinación de sentimiento y pensamiento y acción.

La adquisición de un producto a crédito representa la hipoteca de los futuros ingresos. Así surgió la esclavitud. Los poderosos proveían bienes a los débiles y, cuando “agotaban su capacidad de endeudamiento”, es decir,  cuando ya no podían pagar, el acreedor se adueñaba del deudor.

Ahora ocurre algo parecido, aún a nivel del Estado. Comunicadores, empresarios, economistas, etc., están convencidos de que para que el Gobierno pueda cumplir sus programas, ha de firmar “un acuerdo de intenciones” con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y, de ese modo, poder ser objeto de crédito de los organismos financieros internacionales tanto públicos como privados. De modo que el FMI viene a ser la policía que garantiza que el poder financiero reciba el pago de sus acreencias.

Este comportamiento es, obviamente, cultural, y, en consecuencia,  se da también en el sector privado tanto a  nivel  empresarial como personal.

A NIVEL EMPRESARIAL
L
a mayoría de las empresas, pudiendo adquirir sus insumos y mercancías al contado, reduciendo sus costos y gastos, recurren al crédito financiero.

Este comportamiento genera  graves consecuencias internas y externas.

En primer lugar,  eleva el costo de producción, reduciendo la productividad, la competitividad y la sostenibilidad.

Otras veces,  reduce la calidad obstaculizando la probabilidad de acceder al mercado externo  creando el riesgo ser desplazado del mercado interno por otros productores nacionales o importadores.

A NIVEL PERSONAL  
E
s frecuente la expresión “yo cojo “fiao”, aunque no lo necesite para fines de referencia”. Y Cabe esta pregunta:  ¿no es mejor referencia el ahorro o cualquier otro tipo de propiedad?. 

En el ahorro, poco o mucho, la tasa de interés pasiva, le gana un incremento de su capital, mientras que el crédito le disminuye su ingresos por varias vías: la deducción por la deuda, la alta tasa de interés activa, y el precio más elevado que hay que pagar por la diferencia entre comprar al contado  o a crédito. 

LA ECONOMÍA SOLIDARIA.
E
n general, la economía  solidaria, tiene por objetivo fundamental elevar la calidad de vida de todos y cada uno de los miembros de una comunidad funcional o territorial, en sintonía con el principio de esfuerzo personal y cooperación comunitaria.

El capítulo IV del Libro de los Hechos de los Apóstoles presenta una línea de espiritualidad que daría profundidad a los principios en que se fundamenta la economía solidaria: “…todos pensaban y sentían lo mismo: poseían todo en común y nadie considera suyo nada de lo tenía… eran muy bien mirados porque entre ellos ninguno pasaba necesidad”.

El cooperativismo es la expresión más conocida y practicada  dentro de la economía solidaria.

En nuestro país existe desde el año 1946, aunque podría decirse que hay  algunos antecedentes en ciertos comportamientos de nuestra economía primitiva y, culturalmente, el convite es una  manifestación de economía solidaria que se ha mantenido a través de nuestra historia.

Lamentablemente, con el pretexto de una supuesta modernidad, hemos sido contaminados por características propias del capitalismo. 

DIVERSAS FORMAS DE HIPOTECAR LOS INGRESOS

A
unque parezca dura la expresión, el crédito es opresor mientras el ahorro es liberador.

Cualquier forma de compra a crédito, en efectivo o mercancía;  verbal,  anotado en una libreta, como se acostumbra hacer  en algunos colmados,  facturada, con tarjeta de crédito, etc., al mismo tiempo que supone hipoteca de los futuros ingresos, también constituye una disminución de las retribuciones que debería recibir.

Otras formas de disminuir los ingresos pueden ser los avances a sueldos, o a las prestaciones laborales.

Lamentablemente, muchas cooperativas han caído en este vicio capitalista, con lo cual lejos de elevar el nivel de vida del socio, lo empobrecen y hasta les causan grandes frustraciones.

TIPOS DE CRÉDITOS LIBERADORES

Un crédito es liberador cuando con él el prestatario aumenta sus propiedades o sus ingresos que son la raíz de las posesiones.

Crédito liberador es el que se usa para una inversión que genera su devolución y aumenta la posesión del deudor;  b) saldar una deuda usurera o, al menos adquirir una propiedad cuyo valor supere la deuda.

En síntesis, siendo el objetivo fundamental de la economía solidaria elevar la calidad de vida de los socios de una comunidad funcional o territorial, el primer paso es educar para una cultura del ahorro cuya raíz central es la austeridad, entendida como el uso de los ingresos disponibles en la satisfacción de necesidades reales rechazando el consumismo.

(Artículo publicado en la edición octubre - diciembre de 2012 de la revista "HUMANISMO INTEGRAL")

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