viernes, 3 de enero de 2014

NAVIDAD ES AUSTERIDAD

Ignacio Miranda

E
l fin legítimo de la economía es satisfacer las necesidades reales de todos los seres humanos. Para que sea solidaria se requiere un comportamiento de  esfuerzo personal y cooperación comunitaria.

La economía solidaria no es una expresión. Se trata de un sistema, unos valores, unos principios, una estructura empresarial, un estilo de vida.

La comunidad familiar es el fundamento de la sociedad y, por extensión, la unidad básica del agente consumidor. Fomentar hogares sólidamente constituidos, conduce al fortalecimiento económico, social, cultural y espiritual, y, consecuentemente,  al desarrollo integral.

Percibimos que sectores muy poderosos, mediante un realismo pragmático, por diversos medios del arte y la  comunicación actúan contra el establecimiento de hogares sólidamente constituidos, con cuyo comportamiento masifican la sociedad para manipularla en favor de intereses económicos y de otra naturaleza.

El ejemplo de la familia de Jesucristo, incluyendo su padre José y su madre María, contiene una serie de valores de los cuales, al margen de la fe que se profese, nos sirven de modelo de hogar en el que viva con la mayor calidad de vida, con limitaciones de recursos materiales porque se usan con austeridad y se vive con la mayor dignidad, alejada de los vicios, encarnando los valores del humanismo cristiano.

ANTECEDENTES DE NAVIDAD

En términos de sociología cristiana hay dos pasos que anteceden a Navidad. El primero es la Anunciación del Mensajero de Dios que comunica a María que será la madre del Salvador; y el segundo, es  Visitación, que se trata del encuentro entre María y su prima Isabel.

Este encuentro no solo es de María con Isabel sino también de Juan Bautista con Jesús. A propósito del tiempo presente, si una de las dos o ambas, hubiera decidido abortar, ¿Qué hubiera sido de la Redención?.

El Magnificat, canto de María en este encuentro, indicado en el Capítulo I, del Evangelio según San Lucas, contiene unas líneas de economía solidaria:

1) “María dijo: Mi alma canta la grandeza del Señor/, mi espíritu festeja a Dios, mi Salvador… /Su misericordia con sus fieles se extiende de generación en generación…/Despliega la fuerza de su brazo, dispersa a los soberbios en sus planes,/ derriba del trono a los poderosos y eleva a los humildes, /colma de bienes a los hambrientos y despide vacío a los ricos”

Alegría, humildad, equidad, alta calidad de vida, son valores específicos de la economía solidaria que aparecen en este mensaje. A esto hay que agregar, el valor de la solidaridad, y, más aún, de la subsidiariedad,  que conlleva  la visita de la joven María a la anciana Isabel 


NAVIDAD

Siguiendo  con los criterios sociológicos, Navidad contiene un motivo previo: José manifiesta su patriotismo, al desplazarse de Nazaret a Belén para cumplir con el censo como descendiente del Rey David.

Durante el empadronamiento, a María le llegó la hora del parto y no   encontrando alojamiento en la posada, tuvo que dar a luz a Jesús en un establo y acostarlo en un pesebre.  Quiere decir que Navidad y austeridad vienen a ser términos equivalentes.

Jesús, en el orden  humano descendiente de la Casa de David; y en el divino, el hijo de Dios, no nació en un centro médico famoso sino establo;  y  no se meció en una cuna de oro, sino que fue acostado en un pesebre; la austeridad combina la mayor humildad material con la más elevada nobleza humana.

Y toda su vida fue así, no buscando “ser servido sino servir”, con razón señala San Pablo en su carta a los filipenses:

“Entre ustedes tengan la misma actitud del Mesías Jesús: El, a pesar de su condición divina, no se aferró a su categoría de Dios; al contrario se despojó de su rango”.

Y todos los evangelistas nos hablan de su sentido de la austeridad en la parábola de la multiplicación de los panes, en tres fases tan cortas como profundas: “comieron todos hasta quedar satisfechos… recogieron los trozos sobrantes… que nada se eche a perder”.

Y el Capítulo IV del libro de los Hechos de los Apóstoles,  nos revela que los primeros discípulos, antes aún de llamarse cristianos, ya practicaban la economía solidaria:

“En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía… eran muy bien mirados porque entre ellos ninguno pasaba necesidad”.

Y la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), como expresión de la dimensión social del Evangelio, desde las primeras comunidades hasta nuestros días ha seguido un proceso dinámico de renovación en busca de elevar la calidad de vida de todos los seres humanos.

Esto no nos lleva a ignorar lo que señala, Jacques Maritain, uno de los más dignos representantes del humanismo cristiano, en su libro con este mismo título, en quien nos apoyamos:

“por culpa de un mundo cristiano infiel a sus principios se encuentra un profundo resentimiento contra el mundo cristiano; y no solo contra él,  sino también (y ahí está la tragedia)  contra el mismo cristianismo que, trascendiendo  del mundo cristiano,  no debería ser confundido con él”.

A pesar de lo dicho por Maritain, siempre ha habido manifestaciones restauradoras. El Papa Francisco ha propuesto una conversión de la cultura del desperdicio a la economía solidaria.

Lo expresado más arriba debe dar a entender que la  riqueza basada en la economía solidaria, finca sus raíces más profundas   en la dimensión social del Evangelio.

Una línea fundamental de la espiritualidad de la economía solidaria es la laboriosidad del trabajo.

San Pablo, en diversas ocasiones, no solo insistió  en la laboriosidad del trabajo sino que la ejemplificó con su testimonio de vida. Y hasta hoy la DSI ha valorado tanto el trabajo que el Papa Juan Pablo II no solo dedicó su primera encíclica a destacar la dignidad del esfuerzo humano, sino que una de sus líneas fundamentales es la espiritualidad laboral.

La economía solidaria es un sistema, una doctrina, una empresa, un estilo de vida fundamentado en el esfuerzo personal y la cooperación comunitaria, con el objetivo de elevar la calidad de vida de las personas y de la  comunidad, valorando la equidad integral.

EN SÍNTESIS:

¿Qué es una cooperativa?
-       Es un tipo de economía solidaria organizada en una empresa  socio-económica,  sin fines de lucro,   que  tiene como  fin  elevar el nivel de vida de todos sus asociados,  mediante el esfuerzo personal y la cooperación comunitaria.

¿Qué  se requiere para ser socio?
-       a) Ahorrar.
-       b) Educación integral para que cada socio conozca  sus derechos y deberes y los de sus compañeros.

¿Cuáles son los tipos de ahorros?
-       a) ahorro sistemático que consiste en ahorrar siempre la misma suma, de manera permanente,  para participar en la propiedad de la cooperativa.
-       b) Depósito, es un ahorro eventual que el socio puede aumentar o disminuir cuantas veces lo desee.

¿Por qué  hacerse  socio de una cooperativa?
-       a) Para vivir mejor
-       b) Elevar constantemente la calidad de vida.
-       c) Poseer una propiedad.
-       c) Practicar la solidaridad.

¿Para qué conviene tomar un préstamo?
-       a) Para crear una empresa que aumente sus ingresos.
-       b) Para comprar o reparar una casa con lo cual se aumenta el valor de la propiedad.
-       c) Para saldar una deuda usurera cuando existe la clara convicción de que con ello se aumenta el ingreso y no se caerá nuevamente en el error

¿Cuáles son los enemigos del bienestar?
-       a) El “fiao”
-       b) El préstamo
-       c) El juego de azar
-       d) Los vicios,
-       e) La falta de un presupuesto detallado de  ingresos, gastos y ahorro.

¿Qué se requiere para tomar un préstamo?
-       a) Ser socio, por lo menos por un año.
-       b) No tener ninguna deuda con la cooperativa.
-       c) Garantía de un socio hasta el monto libre de gravamen.
-       d) En casos de inversión, podría aceptarse una garantía inmobiliaria.

¿Cuáles son los tipos de cooperativa que se pueden formar?
-       a) Cualquier empresa sin fines de lucro que su capital proceda de la inversión de los socios.
-       b) Toda cooperativa debe tener por lo menos dos programas: ahorro-inversión; y consumo, porque son los medios que garantizan alto nivel de vida para todos.
¿Existen otros tipos de economía solidaria además de las cooperativas?

-       Son muy diversos los tipos de economía solidaria conocidos y más aún los que se pueden organizar. Lo esencial consiste en el compromiso con la práctica de los valores de la solidaridad, austeridad, ahorro, laboriosidad,  equidad.

-       Para la mediana empresa de autogestión, recomendamos la economía de comunión, cuya esencia consiste en distribuir los beneficios en tres direcciones: el autofinanciamiento de la propia empresa, con lo cual reduciría sus costos al no necesitar del financiamiento capitalista; en segundo lugar, la educación en los valores del humanismo cristiano; y, la asistencia social a quienes a personas con carencias para un nivel de vida digno.

-       Los grupos sin fines de lucro, especialmente los religiosos, podrían  realizar sus programas de acción social, organizando  pequeñas empresas creadoras de productos sanos y distribuirlos a precio solidario o haciendo obras de caridad. En cualquier caso, en la medida en que se multiplique este comportamiento la especulación capitalista se reduciría y el poder adquisitivo se elevaría.


RECORDEMOS  SIEMPRE: El cooperativismo es un sistema económico solidario que enriquece a todos y no  empobrece a nadie, si se practican sus valores normas y principios.

(Artículo publicado en la edición Octubre - Diciembre de la Revista "Humanismo Integral")

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