sábado, 17 de diciembre de 2011

Importancia de la Política - Ezequiel García Tatis

IMPORTANCIA DE LA POLÍTICA
Ezequiel García Tatis

L
as actividades políticas, conjuntamente con las actividades económicas, las actividades sociales y el comportamiento moral son las bases en que se apoya el desarrollo de los pueblos. Si no marcha bien una de estas actividades el desarrollo puede no iniciarse, estancarse o desmoronarse desde un alto nivel. Desde luego, el desarrollo no es exclusivamente crecimiento económico, este se re-quiere; pero, además de lo económico el desarrollo tiene que incluir la correcta distribución de la riqueza (entre toda la población y todo el territorio), la igualdad de derechos y de participación de la población legalmente hábil.

Usualmente se utiliza para medir el desarrollo un indicador económico, generalmente el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). Este indicador abarca los distintos sectores en que se agrupan las actividades que se realizan en un país, pero si bien muestra su cambio de un año al siguiente, no revela su distribución en la población. Así, la producción, los servicios, las infraestructuras y demás actividades pueden haber aumentado, pero si ellas han beneficiado a un escaso sector de la población y a solo una o dos ciudades, se  ha producido crecimiento de la economía, pero este crecimiento no ha alcanzado a toda la población y a todo el territorio nacional. No se ha producido el desarrollo del país.

Para que se logre el desarrollo tiene que haber una buena distribución de la riqueza; y, también, una mayor participación de toda la población en las demás actividades: las sociales y las políticas; y, además, debe lograrse un mejoramiento en el ámbito de la moral y la seguridad con que pueda actuar toda la población.

En nuestro país se muestran las variables económicas para hacer creer que la nación  se desarrolla, pero están a la vista las deficiencias en las actividades sociales (educación, salud, marginalidad), y son evidentes la inseguridad y la corrupción, así como la impunidad que ampara a ciertos sectores de la población, sobre todo si ocupan posiciones gubernamentales.

En la realización de las actividades políticas las deficiencias son muy claras. El país goza de un régimen democrático, sin embargo, ese régimen no es capaz de corregir las situaciones de marginalidad, de insalubridad, la desigualdad social, las pocas oportunidades de educación y de salud, la compra del voto, la inseguridad, la desigualdad en la aplicación de las leyes, el que las inversiones para fomentar el turismo y en infraestructuras dejen de beneficiar solamente a una pequeña parte del país y cubran todo el territorio nacional. En tanto no se corrijan estas deficiencias no habrá desarrollo en la República Dominicana.

La actividad económica, como variable para medir el desarrollo es muy importante, sobre todo porque todos la sentimos a través del nivel de ingreso que percibimos, pero la actividad política que aparentemente no nos impacta de manera tan directa es más importante que la económica por ser una actividad general que guía la forma de realizarse de todas las demás. Por lo tanto, si la actividad política no marcha bien esta afecta a todas las otras. Hay muestras evidentes de países con sobrada cantidad de recursos físicos, monetarios y educativos; pero al ser deficientes en política, fundamentalmente por carecer de buenos políticos, no avanzan en su proceso de desarrollo. Vemos casos como el de Argentina en donde han surgido áreas marginadas en iguales o peores condiciones que las de países con menor nivel de desarrollo. En cambio un país tan pequeño como Singapur, por la aplicación de sus buenas políticas, exhibe riquezas que no pueden exhibir países mayores y dotados de superior cantidad de recursos.

En nuestro país vivimos en un régimen democrático, con libertad de prensa, de formar agrupaciones políticas y ejercicio del voto. Sin embargo, la realidad política muestra muchas deficiencias que constriñen esa libertad. Se utilizan profusamente los recursos del Estado para favorecer a quien ejerce la función de gobernante, a sus allegados, a los congresistas aliados, a funcionarios del ejecutivo y a su partido. Se paga el apoyo de los grupos políticos minoritarios y se compra el voto de ciudadanos pobres mediante dádivas. Los congresistas gozan de exoneraciones millonarias, de fon-dos para oficinas y ayudas sociales que tienen efectos políticos y, además, los funcionarios del Esta do, de manera corrupta, cargan a sus tarjetas sumas millonarias que pagan las entidades que ellos dirigen. No existe, por lo tanto, verdadera libertad política.

Además, actualmente el dominicano que no es aliado del gobernante vive confinado a un círculo dentro del cual están sus necesidades y las soluciones a esas necesidades. Nadie quiere salir de e-se círculo, hay temor a que salir de ese espacio es complicarse la vida y ser afectado, sea perseguido, o a ser víctima de la inseguridad, o a que le sobrevendrán dificultades económicas; así, nadie quiere arriesgarse. La población no da un paso para participar en nada que esté fuera del círculo en que desenvuelve sus actividades. Hay miedo y, esto, lo aprovecha el gobernante. Quien, por otra parte teme que le cambie el ambiente político creado en que se siente seguro y hace todo lo que está a su alcance para que la oposición no llegue al poder.
Por otra parte, en el país no existen agrupaciones políticas verdaderamente opositoras, que estén dispuestas a realizar los cambios que urgentemente se requieren para que la población eleve su nivel de vida, en lo económico, en lo social y en el ámbito político. Hay contrarios, pero están colocados en la misma acera.

Una verdadera oposición tendría que lograr a corto, mediano y largo plazos, cambios sustanciales para elevar la producción de alimentos (agropecuarios e industriales) y posibilitar que toda la población pueda comer, mejorar la salubridad, la salud y el acceso a los centros sanitarios, satisfacer los requerimientos de educación de todos los que están en edad de estudiar, elevar la accesibilidad y  la ininterrumpida dotación de energía, aumentar las oportunidades de empleo eliminando el desempleo, mejorar el transporte (de pasajeros y de carga) y el tránsito en todo el país.              

Se requiere, también, pagar totalmente la deuda externa, aunque este esfuerzo sea a largo plazo, utilizar el financiamiento externo en proyectos que devuelvan la inversión; y orientar estas inversiones a los proyectos de mayor efecto multiplicador. Mejorar la Balanza Comercial y la Balanza de Pagos, aumentando las exportaciones y utilizando menos el crédito externo, revisar los tratados de comercio internacional vigentes y establecer los más convenientes para el desarrollo del país, procurar que la Presión Tributaria no se eleve por encima del 15% del PIB, fortalecer la oferta turística y  fomentar las demás áreas potenciales, priorizar la ejecución de las obras de infraestructura y procurar que la inversión llegue a todas las regiones del país, incluida el área rural, apoyar las organizaciones de desarrollo regionales para que su acción sea más eficaz en la elaboración y en la ejecución de los proyectos ubicados en sus áreas.

Además es urgente eliminar la corrupción, el narcotráfico y el lavado de activos; disminuir significativamente la inseguridad ciudadana; eliminar el clientelismo y la participación de los organismos de gobierno en los procesos políticos, para tales fines es necesario: eliminar definitivamente la reelección presidencial, eliminar las exoneraciones de vehículos de que disfrutan los miembros del Congreso, así como eliminar el barrilito. Velar porque las políticas y acciones del Estado que tengan incidencia en el intercambio comercial, educativo y en la migración de nacionales de otros países beneficien a ambos Estados y, en ningún caso, perjudiquen la integridad y el desarrollo nacional; y, finalmente, definir los límites de nuestro mar territorial y fomentar las investigaciones y el uso de los recursos energéticos que existan en el territorio nacional.

Es necesario que en todo el país se formen grupos con elevada conciencia moral y con el propósito firme de procurar la aplicación de las medidas indicadas e, incluso, si llegan a tener amplio respaldo en todo el territorio nacional terciar en las actividades políticas a fin de que, definitivamente, se alcance el desarrollo nacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.