MODELO DE CLASE MEDIA
VÍCTIMA
DE LAS GARRAS DEL PODER
Ignacio Miranda
C
|
on títulos similares a éste, o distintos, henos
procurando dar a conocer y defender la comunidad de Los Prados, durante toda su
existencia y por diversos medios.
En Los Prados, como en toda
comunidad, coexisten valores y antivlores, riqueza y pobreza,
grandeza y miseria.
A Los Prados le corresponde
el honor de ser primera urbanización
dominicana financiada por el sistema mutualista de ahorros y préstamos,
auspiciada por el Banco Nacional de la Vivienda (BNV).
La comunidad fue integrada por matrimonios jóvenes, la
mayoría procedentes de pueblos y, en gran medida, profesionales y técnicos. A
este nivel de instrucción se sumaba un
razonable ingreso.
A los niveles de instrucción
e ingresos se sumaba el estilo de vida sencillo que, normalmente, anima el comportamiento pueblerino. Por esto,
hemos sido reiterativos en la afirmación de que Los Prados fue el modelo más
perfecto de una comunidad de clase media,
caracterizada por un nivel de vida adecuado y comportamiento inclinado a
la práctica de los valores de la humildad, sencillez, solidaridad, alegría,
religiosidad.
En su origen, fue una
comunidad muy unida. Era común que los que llegaban fueran recibidos y acogidos por quienes los
habían antecedido. Lo mismo que la costumbre pueblerina de intercambiar platos
de comida. Esa práctica, aunque disminuida, aún existe, pero la unidad se ha
perdido. Muy pocas casas construyeron verjas.
La comunidad comenzó, con
muy pocos vecinos, en 1966. A mediado de 1967,
el único teléfono que existía en la comunidad era el de nuestra casa,
por ser el mismo dígito de nuestra residencia anterior y todavía la compañía
constructora no lograba que Codetel hicieran las instalaciones. Era, en
realidad el teléfono de toda la comunidad, que aún era pequeña, pero servíamos
con gran satisfacción. Así era nuestra comunidad. Ya todo ha cambiado, aunque
nos satisface que todavía en el 2009, muchos de los que se han ido a otras
urbanizaciones llegan nuestra casa como si fuera la suya.
MISERIA
L
|
a miseria que ha padecido, y
padece hoy, la comunidad de Los Prados, no es de naturaleza material. Se trata
de la opresión procedente del abuso de poder político y económico.
Lamentablemente en nuestro país aún no tenemos la dicha de superar la situación
que hemos denunciado en otras ocasiones: nos oprime una dictadura económica con
respaldo político. Más aún, percibimos que esta opresión se incrementa. Y Los
Prados, no solo no es una excepción, sino que, como la clase media es la más
oprimida, nos toca con más fuerza.
Ponemos un par de ejemplos a
modo de reflexión: el precio de los bienes y servicios lo mismo que sus
impuesto, se han incrementado, mientras
su calidad ha bajado; a los empleados públicos se les imponen préstamos, con
los cuales el Banco de Reservas, exhibe grandes ganancias, mientras a los
poderosos se les otorgan exenciones y facilidades.
Hasta la UASD, con su discurso revolucionario, pero en la práctica acomodada
al statu quo, le hace imposiciones de este tipo a sus servidores: “un préstamo
navideño”, para no tomarlo, es necesario llenar ciertos requisitos, porque lo
automático es que se le asigne. Esto permite incrementar las ganancias del
Banco de Reservas, mientras se reduce el ingreso del trabajador, por dos vías:
la tasa de interés y el abono al capital. Y lo peor es que “los catedráticos”
creen que les están haciendo un favor. Así anda el país.
Manifestaciones de ese abuso
de poder, en Los Prados, son los servicios, especialmente de electricidad, de
tan de baja calidad como de altos precios; la instalación de empresas
generadoras de contaminación ambiental tanto física como socialmente, bajo la
mirada indiferente y, muchas veces, cómplice de los funcionarios públicos, cuya
legitimidad radica en servir al bien común.
Esas empresas contaminadoras
de la comunidad, como distribuidoras de vehículos (dealer), plantas eléctricas,
etc. no afectan en nada a sus empresarios puesto que éstos no son residentes en
la comunidad.
Algunas de estas empresas
tiran basura y gases a las calles y alcantarillado, llenando de toxicidad a la
comunidad e impidiendo la circulación del agua de lluvia.
Existen negocios que
introducen patanas que, con frecuencia
derriban los cables de instalaciones de los servicios, provocando
precariedades innecesarias a la comunidad.
Negocios y rentistas, sin
parqueos, son motivos de estacionamiento
de vehículos que provocan molestias y contaminación a la comunidad.
Durante este año, ha habido
algunos movimientos combinados entre las juntas de vecinos, el Ayuntamiento y
el Ministerio de Obras Públicas y un gran soporte de medios de comunicación,
muy especialmente de El Caribe, reconociendo el peligro que corre la
urbanización con la construcción de edificios en un lugar residencial concebido
para no más de dos niveles.
Sobre lo dicho
anteriormente, en el discurso, se ha reconocido el problema. Pero un indicador
muy negativo es que mientras los funcionarios
reconocen que para construir edificaciones de más de dos niveles es
necesario hacer los estudios de suelo y desagües correspondientes, se sigue
construyendo sin haberlos hecho.
CENTRO CÍVICO
E
|
l peor abuso de poder fue el
despojo del solar donde sería construido el Centro Cívico Los Prados destinado
a servicios comunitarios, parque de recreo y área verde con que fue ofertado el
proyecto Los Prados, concebido como modelo no solo para el país, sino
internacionalmente. En esa área se construirían oficinas destinadas a servicios
públicos como: impuestos internos, Cédula,
Correos, Policía, Bomberos; biblioteca,
teatro, salón multiuso, cooperativa, sala de ejercicio físico, andén para
ancianos, etc.
EN
SÍNTESIS, la Gente que vino a formar Los Prados, como también muchos que nacieron en esta
urbanización, han contribuido decisivamente al nivel de desarrollo en que vive
el país con sus aportes académicos, profesionales, empresariales, y de otras
diversas naturalezas.
Aunque
las elecciones están lejos, se observan movimientos de campañas políticas. Los
aspirantes a cargos, sobre por ésta
comunidad, deberían tomar en cuenta el valor del voto. Igualmente la comunidad
reflexionar en el sentido de que derechos y deberes son conceptos recíprocos.
Aún
queda abierta la esperanza de que se le haga justicia, pero también de
que, en reciprocidad al cumplimiento de sus
deberes, la comunidad se una para reclamar severamente sus derechos.
(Artículo publicado en la edición Octubre - Diciembre de
la Revista "Humanismo Integral")
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.