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nvejecer es la creciente incapacidad del cuerpo de
una persona de mantenerse por sí mismo y realizar las cosas que hacía
antes. Como resultado, con el paso del tiempo.
Aunque esta definición describe el proceso
biológico, no explica el porqué envejecen las personas.
Las teorías del envejecimiento se refieren al proceso de
envejecimiento primario, que implica los cambios graduales e
inevitables relacionados con la edad que aparecen en todos los miembros de una
especie.
Este tipo de envejecimiento es normal y sucede a
pesar de la salud, el estilo de vida activo y el carecer
de enfermedades. Una vida larga es un signo de buena salud.
El envejecimiento de la población mundial, tanto en
los países desarrollados como en los países en desarrollo, es un indicador de
la mejora de la salud mundial.
Los Adultos Mayores, la población mundial de 60 años
o más es de 750 millones, y se calcula que en 2050 alcanzará los 2000 millones.
Para muchas personas la vejez es un proceso continuo
de crecimiento intelectual, emocional y psicológico.
Es un período en el que se goza de los logros
personales, y se contemplan los frutos del trabajo personal útiles para las
generaciones venideras.
La vejez constituye la aceptación del ciclo vital
único y exclusivo de uno mismo y de las personas que han llegado a ser
importantes en este proceso. Supone una nueva aceptación del hecho que uno es
responsable de la propia vida.
Comienza a los 60 años y por lo general se inicia el
envejecimiento natural y gradual de las células del cuerpo. A diferencia de lo
que muchos creen, la mayoría de Los adultos mayores conservan un grado
importante de sus capacidades cognitivas y psíquicas.
El interés por la vida y el envejecimiento ha sido
una constante en la historia de la humanidad. Sobresalen dos
aspiraciones constantes a través de distintas culturas y momentos históricos:
la inmortalidad y la búsqueda de la longevidad.
Distintos mitos como el ‘Elixir de la vida’ buscado
por los alquimistas o la ‘fuente de la vida’, presente en distintas
culturas, desde la antigüedad hasta hoy, reflejan bien la preocupación
por la prolongación de la vida.
Ciertos vestigios de estos mitos permanecen en
la sociedad actual: consumo de vitaminas (por ejemplo,
vitamina C, tratamientos termales
anti-envejecimiento, dietas especiales, programas de
ejercicio físico intensivo, entre otros, y forman parte de
los métodos que se proponen para mejorar la vitalidad y la longevidad.
Los jóvenes deben comprender el agrado
que siente un adulto mayor, hombre o mujer, cuando escucha un programa
radial con canciones “del ayer”, ver en la televisión películas
antiguas de la época cuando “éramos jóvenes”, en una tarde o una noche
leer historia, especialmente de nuestra infancia o juventud, recordar los
primeros amores, detenerse a contemplar una buena pintura, recitar una poesía,
escuchar una buena música, volver a mirar un paisaje natural que conocimos en
la juventud, sentir el olor de un buen sazón, recordar los momentos
espirituales que nos han juntado con Dios, o simplemente descansar en una
mecedora para volver nuestra mente a momentos vividos agradables,… porque
recordar es volver a vivir.
La juventud debe comprender a los
adultos mayores, porque la única forma de no llegar a ese estado, es si pierden
la vida.
Los adultos mayores debemos agradecer a
Dios llegar a esta etapa de vida y ver crecer nuestros hijos, nietos, y poder
seguir disfrutando de la vida.
(Artículo publicado en la edición Octubre - Diciembre de
la Revista "Humanismo Integral")
* El autor es Presidente de la Central Latinoamericana
y del Caribe de Trabajadores Pensionados, Jubilados y Adultos Mayores
(CLATJUPAM)
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