sábado, 13 de julio de 2013

PAULO III Y SANTO DOMINGO - Dr. Fernando Pérez Memén


E
s importante destacar que el Sermón  del IV domingo de adviento pronunciado por Fray Antón de Montesinos,  el mejor orador de la orden de Santo Domingo, en la isla Española, pero el texto posiblemente fue redactado por el Provincial Fray Pedro de Córdova, quien era el teólogo del grupo, y firmado por todos como declara el Padre Las Casas en su Historia de Las Indias, tiene por sustancia ideológica el Humanismo Cristiano, el cual está fundado en  la teología escolástica del Siglo de Oro Español y el Humanismo del Renacimiento.

Con este sermón se inició la lucha por la justicia y la libertad en América, y dio lugar a la Junta de Burgos, y a las Leyes de Burgos de 1512 que reconocieran la igualdad, la racionalidad, la dignidad y la libertad de los indios. Las controversias que generó el sermón no se detuvieron en el referido cónclave, sino que continuaron en algunas de las nuevas colonias americanas, en Europa, y en particular, en la Cátedra de San Pedro. En base al Humanismo Cristiano y su idea de la igualdad del hombre, y por consiguiente, la unidad de todo el género humano, y que a toda la gente llamaba Dios a la salvación, como planteaba Fray Bartolomé de las Casas, idea que abrazó y difundió y ordenó seguir a las autoridades y a los colonos de América, Papa Paulo III, quien en una epístola al Cardenal Taberas, Arzobispo de Toledo del 29 de mayo de 1537 prohibió bajo la pena de excomunión mayor reservada al Sumo Pontífice Ipso facto incurrenda la esclavitud y el despojo de los bienes de los indios, lo cual reiteró por letras apostólicas el 2 de junio del referido año, y subrayó que por causa de fe no se le podía esclavizar; y su Bula Sublimis Deus,  expedida también en el precitado año, después de reconocer la capacidad de los indios para conocer la Fe declaró: “Los dichos indios y todas las gentes que vinieran a noticias de los cristianos no deben ser privados, de su libertad ni del dominio de sus bienes”.

La doctrina expuesta en esta bula y en la carta al Cardenal  Taberas indica una valoración de la dignidad del hombre por encima de cualquier defecto o diferencia de civilización que lleva a contradecir el Derecho de Gentes que justificaba la esclavitud, por la llamada causa de guerra justa, en este tenor el Romano Pontífice expresó: “En tiempo de paz o de guerra, aunque sea justa, sea osado de cautivar Indios… ni  tenerles como esclavos”. Y además mandaba que los indios y todas las gentes fuesen “traídos y convidados a la Fe  con la predicación de la palabra divina, y con el ejemplo de la buena vida”.

En el marco de esta visión iusnaturalista y humanista, el Papa Paulo III, además, aprobó las constituciones de la más importante y célebre de las cofradías de negros, de Santo Domingo, la de San Juan Bautista.

Es también importante considerar la presencia de la Santa Sede en la Educación Superior de nuestro país en el período  colonial. Y es el precitado Sumo Pontífice el que fundó la Universidad Primada de América, la de Santo Tomás de Aquino, regenteada por la Orden de Santo Domingo, por la bula In Apostolatus Culmine del 28 de octubre de 1538. En nuestro país, conviene destacarlo, se dio el único caso en la América colonial, de la existencia de dos instituciones de educación superior en la capital de la colonia, pues nueve años más tarde de la fundación de la de los Padres dominicos, el Papa Benedicto XIV por el breve In Supereminenti, datado en Roma  el 14 de septiembre de 1747, elevó a la categoría de Universidad Pontificia, el Colegio de Gorjón, o Universidad de Santiago de la Paz, regenteada por los Padres de la Compañía de Jesús.




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