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n Esta edición,
El Mensaje Nuestro de Cada Día, se fundamenta en tres fuentes y un valor
central. Las fuentes son: Liturgia de la Palabra propia del período, el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz
2013, que identificaremos con la sigla MJMP; y la Carta Pastoral de la
Conferencia Episcopal Dominicana 2013, que señalaremos con la sigla CPCED; el
valor es Libertad.
Queremos
destacar, al tiempo de invitar a nuestros lectores a leer e interiorizar el
contenido de estas fuentes propuestas, que el Mensaje para la Jornada Mundial
de la Paz (MJMP) lleva por título “Bienaventurados los que Trabajan por la Paz”
y tiene su raíz en “El Sermón de la Montaña” o “Las Bienaventuranzas, como
también se le denomina; la Carta Pastoral con motivo del Día de La Altagracia,
del 1.1.2013, tiene por título “Manténganse Firmes en la Fe” y se fundamenta en
el Año de la Fe”.
1)
“El ayuno que yo quiero es este: abrir las prisiones injustas… dejar
libres a los oprimidos… partir tu pan con el hambriento… Entonces romperá tu
luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana; te abrirá camino la
justicia, detrás irá la gloria del Señor” (Isaías, Capítulo LVIII)
2) “….la paz presupone un
humanismo abierto a la trascendencia. Es fruto del don recíproco, de un
enriquecimiento mutuo, gracias al don que brota de Dios, y que permite vivir
con los demás y para los demás. La ética de la paz es ética de la comunión y de
la participación….Una condición previa para la paz es el desmantelamiento de la
dictadura del relativismo moral y del presupuesto de una moral totalmente
autónoma, que cierra las puertas al reconocimiento de la imprescindible ley
moral natural inscrita por Dios en la conciencia de cada hombre”. (MJMP, 2).
3) “Cuando recen no sean palabreros como
los paganos, que se imagina que por hablar mucho les harán más caso. No sean
como ellos, que su Padre sabe lo que les hace falta antes que se lo pidan”
(Mateo, Capítulo VI).
4) “La paz concierne a la persona
humana en su integridad e implica la participación de todo el hombre. Se trata
de paz con Dios viviendo según su voluntad. Paz interior con uno mismo, y paz
exterior con el prójimo y con toda la creación….Para llegar a ser un auténtico
trabajador por la paz, es indispensable cuidar la dimensión trascendente y el
diálogo constante con Dios, Padre misericordioso, mediante el cual se implora
la redención que su Hijo Unigénito nos ha conquistado” (MJMP, 3)
5) “Acuérdense de aquellos dirigentes de
ustedes que les expusieron la palabra de Dios y, teniendo presente como
acabaron su vida, imiten su fe. Jesús Mesías es el mismo hoy que ayer y será el
mismo siempre” (Hebreos, Capítulo XIII).
6) El camino para la realización del
bien común y de la paz pasa ante todo por el respeto de la vida humana,
considerada en sus múltiples aspectos, desde su concepción, en su desarrollo y
hasta su fin natural. Auténticos trabajadores por la paz son, entonces, los que
aman, defienden y promueven la vida humana en todas sus dimensiones: personal,
comunitaria y transcendente. La vida en plenitud es el culmen de la paz. Quien
quiere la paz no puede tolerar atentados y delitos contra la vida. (MJMP, 4).
7) “Me dirijo a los responsables de las
comunidades de ustedes, yo, responsable como ellos, que fui testigo de la
pasión del Mesías y experimenté la gloria que va a revelarse: cuiden del rebaño
de Dios que tienen a su cargo, miren por él no por obligación, sino de buena
gana, como Dios quiere; tampoco por sacar dinero, sino con entusiasmo, no
tiranizando a los que les han confiado, sino haciéndose modelo del rebaño. Así,
cuando aparezca el supremo Pastor, recibirán la corona imperecedera de la
gloria”. (I Pedro, Capítulo V).
8) “Tanto el desarrollo integral,
solidario y sostenible, como el bien común, exigen una correcta escala de
valores y bienes, que se pueden estructurar teniendo a Dios como referencia
última “En
concreto, dentro de la actividad económica, el que trabaja por la paz se
configura como aquel que instaura con sus colaboradores y compañeros, con los
clientes y los usuarios, relaciones de lealtad y de reciprocidad. Realiza la
actividad económica por el bien común, vive su esfuerzo como algo que va más
allá de su propio interés, para beneficio de las generaciones presentes y
futuras. Se encuentra así trabajando no sólo para sí mismo, sino también para
dar a los demás un futuro y un trabajo digno” (MJM, 5).
9) “Creó, pues, Dios al ser humano a
imagen suya… macho y hembra los creó. Y los bendijo Dios con estas palabras:
Sed fecundos y multiplicaos, y henchid la tierra y sometedla… todo ser animado
de vida, les doy la hierba verde como alimento… Vio Dios cuando había hecho, y
todo estaba muy bien” (Génesis, Capítulo I).
10) “La familia es uno de los sujetos
sociales indispensables en la realización de una cultura de la paz. Es
necesario tutelar el derecho de los padres y su papel primario en la educación
de los hijos, en primer lugar en el ámbito moral y religioso. En la familia
nacen y crecen los que trabajan por la paz, los futuros promotores de una
cultura de la vida y del amor” (MJMP, 6).
11) “No explotarás a tu prójimo ni lo
expropiarás. No dormirá contigo hasta el día siguiente el jornal del obrero…..
No darán sentencias injustas. No serás parcial, ni por favorecer al pobre ni
por honrar al rico. Juzgará con justicia”. (Levítico, Capítulo XIX).
12) “…aparece la necesidad de proponer y
promover una pedagogía de la paz. Ésta pide una rica vida interior, claros y
válidos referentes morales, actitudes y estilos de vida apropiados. En efecto,
las iniciativas por la paz contribuyen al bien común y crean interés por la paz
y educan para ella. Pensamientos, palabras y gestos de paz cran una mentalidad
y una cultura de paz, una atmósfera de respeto, honestidad y cordialidad. Es
necesario enseñar a los hombres a amarse y educarse a la paz, y a vivir con
benevolencia, más que con simple tolerancia” (MJMP, 7)
13) “El sábado existió por el hombre y no
el hombre por el sábado, de modo que el hombre es señor incluso del sábado”
(Marcos, Capítulo II).
14) “Es la fe como combate contra lo que
oprime y esclaviza; la fe que nos da razones para seguir amando y sirviendo a
los demás; es la que cambia nuestros criterios de pensamientos y de acción y nos
hace criaturas nuevas; es el estilo de vida que nos ayuda a superar el
individualismo y el consumismo, para introducirnos en la comunidad que se llama
la Iglesia” (CPCED, 4).
15)
“Es la fe anticipo de lo que se espera, prueba de realidades, prueba de realidades
que no se ven. Por ella declaró Dios su aprobación a los antiguos. Por la fe
comprendemos que la orden de Dios formó los mundos, haciendo que lo visible
surgiera de lo que no aparece… Por la fe respondió Abraham al llamamiento de
salir para la tierra que iba a recibir en herencia y salió sin saber donde iba”
(Hebreos, Capítulo XI).
16) “La fe hay que vivirla en una sociedad y en una
cultura concreta y eso le da su dimensión histórica, porque ésta debe iluminar
y dar sentido a todo el quehacer del ser humano. La fe exige un combate
permanente contra lo que oprime y aparta al hombre de su esencia y de su
misión. Vivir la fe cristiana es asumir nuestro trabajo, nuestra manera de
relacionarnos, lo que pensamos y todo lo que hacemos, iluminados por ese don
que aceptamos. (CPCED, 20).
17) “Jesús Bajó a Cafarnáun, ciudad de
Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Estaban asombrados de su enseñanza
porque hablaba con autoridad” (Lucas, Capítulo IV).
18) “Desde el principio puso claro que
la Ley tiene su importancia, pero lo decisivo es que la religión debe ir al
interior y al corazón, y ponerse al servicio de los demás, sin que ésta nos
lleve a colaborar con el poder injusto. Por eso, Él propone una manera nueva de
vivir la religión y para eso nos da un
programa que son las Bienaventuranzas o maneras de ser felices o dichosos”
(CPCED, 24).
19) “Sean generosos como su Padre es
generoso. Además, no juzguen y no los juzgarán; perdonen, y los perdonarán; den
y les darán; les verterán una medida generosa, colmada, apretada, rebosante. La
medida que usen la usarán con ustedes” (Lucas, Capítulo VI).
20) “Estos desafíos se pueden abordar
desde la sociología, la política y la economía en la búsqueda de soluciones, y
nos parece bien, pero hay que ir más allá, tenemos que entrar en el corazón del
ser humano y desde éste al corazón de la sociedad, porque es el corazón del
hombre y de la mujer el que está enfermo. Está enfermo el corazón de muchos
hombres y mujeres, porque estos han perdido el horizonte sobrenatural; se han
apartado del Dios de la vida y por eso su corazón sufre atrofia y mutilación
que les incapacita para ascender a esferas superiores o sobrenaturales”(CPCED,
31)
21) “Jesús,
dirigiéndose a la multitud y a
sus discípulos, declaró: “En la cátedra de Moisés han tomado asiento los
letrados y los fariseos. Por tanto, todo lo que les digan, háganlo y cúmplanlo,
pero no imiten sus obras, porque ellos dicen pero no hacen” …no se dejen llamar
“señor mío”, pues su maestro es uno solo y ustedes todos son hermanos y no se
llamarán unos a otros en la tierra, pues su Padre es uno solo, el del
cielo”. (Mateo, Capítulo XXIII).
22) “Una comunidad cristiana que celebra la
Eucaristía, no debe anidar en su corazón ambición, deseo de poder y de
dominación, ni mucho menos dejarse envolver en cuestión de prestigio y de
espíritu de grandeza, que a veces sirve para humillar a sus hermanos, ya que
Jesús formó una comunidad de hermanos donde lo decisivo no es el puesto o el
título que se ostenta, sino la capacidad de servir a los demás” (CPCED, 36).
23) Amen a sus enemigos y recen por los que
los persiguen, para ser hijos de su Padre del Cielo, que hace salir su sol
sobre malos y buenos y manda la lluvia sobre justos e injustos…. Sean ustedes
buenos del todo, como es bueno su Padre del cielo” (Mateo, Capítulo V).
24) “La Iglesia con sus agentes de
pastoral, tiene la responsabilidad de formar a los cristianos y sensibilizarlos
sobre la justicia social, el bien común, el desarrollo integral, la economía
solidaria, la ética cristiana, el gasto social, la dignidad humana y la cultura
de la responsabilidad, que son elementos fundamentales de la fe cristiana”.
(CPCED, 41).
25) “Simón
Pedro tomó la palabra y dijo: “Tu eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
Jesús le contestó: ¡Dichoso, tú Simón, hijo de Jonás! Porque eso no te lo ha
revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre del cielo. Ahora te digo yo: Tú
eres Pedro y sobre esta roca edificaré la Iglesia mía, y el poder de la muerte
no la derrotará” (Mateo, Capítulo
XVI).
26) “Saben que los jefes de las naciones la
tiranizan y que los grandes las oprimen. No será así entre ustedes, al
contrario el que quiera subir sea servidor suyo…. Igual que este Hombre no ha
venido a que le sirvan, sino a servir y a dar su vida en rescate por todos”
(Mateo, Capítulo XX).
27) “La manifestación particular del
Espíritu se le da a cada uno para el bien común… Es un hecho que el cuerpo
siendo uno, tiene muchos miembros, pero los miembros, aún siendo muchos, forman
entre todos un solo cuerpo” (I corintios, Capítulo XII).
28) “En el momento ninguna corrección
resulta agradable, sino molesta; pero después, a los que se han dejado entrenar
por ella, los resarce con un fruto agradable de honradez” (Hebreos, Capítulo
XII).
29) “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los
malvados ni se detiene en la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión
de los cínicos sino que su tarea es la ley del Señor y medita esa ley día y
noche. Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas; cuanto emprende tiene buen fin” (Salmo I).
30) “. La fe es también un compromiso de
servicio a nuestros hermanos. Esa fe tiene que iluminar las distintas
dimensiones donde se mueve y se desarrolla el hombre y la mujer, vale decir, la
dimensión social, política, económica, cultural y religiosa, para ayudarle a
ser más” (CPCED, 19).
31) “La Gente le preguntaba: ¿Qué tenemos
que hacer? El contestó: el que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no
tiene, y el que tenga qué comer, que haga lo mismo. Fueron también a bautizarse recaudadores que le preguntaron:
Maestro ¿qué tenemos que hacer? El les
contestó: no exijan más de lo que tienen establecido. Unos guardias le
preguntaron: Y nosotros ¿qué tenemos que hacer? El les contestó: No hagan
violencia a nadie ni saquen dinero; confórmense con su paga” (Lucas, Capítulo
III).
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