SÍNTESIS DE JUSTICIA Y PAZ
Justica y Paz son dos valores fundamentales de la convivencia humana que fincan sus raíces más profundas en las Sagradas Escrituras, encarnados en el pensamiento, discurso, textos, magisterio y acción de los humanistas cristianos.
El Padre Lucas Lafleur, en quien percibo un discurso sagrado integral, que combina las dimensiones trascendente y social del Evangelio con la realidad del tiempo y del espacio, con el hoy y el aquí, es un gran colaborador de la FHI, de tal manera que cuando recibe algún texto relacionado con el humanismo cristiano, de inmediato nos lo hace llegar.
Al valorar este amable y valioso gesto del Padre Lucas, pongo a la disposición de nuestros lectores un resumen de una nota del Consejo Pontificio Justicia y Paz titulada “Por una Reforma del Sistema Financiero y Monetario Internacional, en la Perspectiva de una Autoridad Pública con Competencia Universal.
Creemos, firmemente, que este documento contiene las pistas esenciales para la superación de la crisis que vive el mundo y, particularmente, nuestro país. En tal sentido, estimulamos a nuestros lectores a ir más de estas cápsulas que insertamos, e introducirse en internet donde encontrarán el documento completo publicado por la Agencia ZENIT.
El documento contiene 4 puntos, precedidos de un prólogo y seguidos de unas conclusiones.
“La crisis económica y financiera que está atravesando el mundo convoca a todos, personas y pueblos, a un profundo discernimiento sobre los principios y de los valores culturales y morales que son fundamentales para la convivencia social”.
“Esta reflexión desea ser una contribución a los responsables de la tierra y a todos los hombres de buena voluntad; un gesto de responsabilidad, no solo respecto de las generaciones actuales, sino sobre todo a aquellas futuras, a fin de que no se pierda jamás la esperanza de un futuro mejor y la confianza en la dignidad y en la capacidad de bien de la persona humana”.
“Toda persona individualmente, toda comunidad de personas, es partícipe y responsable del bien común”.
“La grave crisis económica y financiera que hoy atraviesa el mundo, encuentran su origen en múltiples causas (…): algunos subrayan, ante todo, los errores inherentes a la las políticas económicas y financieras; otros insisten sobre las debilidades estructurales de las instituciones políticas, económicas y financieras”.
“…desigualdades económicas, sociales y culturales que se han producido a nivel global, creando tensiones e imponentes movimientos migratorios”.
“Un liberalismo económico sin reglas y sin supervisión (…) Una ideología económica que establezca a priori las leyes del funcionamiento del mercado y del desarrollo económico, sin confrontarse con la realidad, corre el peligro de convertirse en un instrumento subordinado a los intereses de los Países que ya gozan, de hecho, de una posición de mayores ventajas económicas y financieras”.
“…la tecnocracia, es decir de aquella absolutización de la técnica que “tiende a introducir una incapacidad de percibir todo aquello que no se explica con la materia” y a minimizar el valor de las decisiones del individuo humano concreto que actúa en el sistema económico-financiero, reduciéndolas a meras variables técnicas”.
“Si no se pone remedio a las diversas formas de injusticias, los efectos negativos que se producirán a nivel social, político y económico estarán destinados a originar un clima de hostilidad creciente, e incluso de violencia, hasta minar las bases mismas de las instituciones democráticas, aún de aquellas consideradas más sólidas”.
“Por el reconocimiento de la primacía del ser respecto al tener, de la ética respecto a la economía, los pueblos de la tierra deberían asumir, como alma de su acción, una ética de la solidaridad, abandonando toda forma de mezquino egoísmo, abrazando la lógica del bien común mundial que trasciende el mero interés contingente y particular”.
“En el camino hacia la construcción de una familia humana más fraterna y más justa, y, aún antes, de un nuevo humanismo abierto a la trascendencia, se presenta particularmente actual la enseñanza del Beato Juan XXIII”.
“La constitución de una Autoridad pública mundial debería estar precedida por una fase preliminar de concertación de lo que emergerá una institución legítima”.
“Según la lógica de la subsidiaridad la Autoridad superior ofrece su subsidium, es decir su ayuda, cuando la persona y los actores sociales y financieros son intrínsecamente inadecuados o no logran hacer por sí mismos lo que le es requerido”.
…en las Universidades y los diversos Institutos, llamados a formar las clases dirigentes del mañana, es deseable se dediquen a prepararlas para asumir sus propias responsabilidades de discernir y de servir al bien público global, en un mundo que cambia constantemente”.
“En medio de las incertezas actuales, en una sociedad capaz de movilizar medios ingentes, pero cuya reflexión en el campo cultural y moral permanece inadecuada respecto a su utilización en orden a la obtención de fines apropiados, estamos llamados a no rendirnos, y a construir sobre todo, un futuro que tenga sentido para las generaciones venideras”.
“No se ha de temer el proponer cosas nuevas, aunque puedan desestabilizar equilibrios de fuerzas preexistentes que dominan a los débiles. Son una semilla que se arroja en la tierra, que germinará y no tardará en dar frutos”.
“Es tarea de las generaciones presentes reconocer y aceptar conscientemente esta nueva dinámica mundial hacia la realización de un bien común universal”.
“…para cada cristiano hay una especial llamada del Espíritu a comprometerse con decisión y generosidad, para que las múltiples dinámicas en acto, se dirijan hacia las prospectivas de fraternidad y del bien común”.
“Solo un espíritu de concordia, que supere las divisiones y los conflictos, permitirá a la humanidad el ser auténticamente una familia, hasta conseguir un mundo nuevo con la constitución de una Autoridad pública mundial, al servicio del bien común”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.