Hemos puesto en circulación
nuestro libro EQUIDAD INTEGRAL. Nuestro propósito es doble: que llegue al mayor
número de persona; y, al mismo tiempo, recuperar lo más pronto posible, el valor monetario, para crear un fondo de publicaciones, bajo el
lema de producir alimentos saludables
para el cuerpo y para el alma. El precio único es de RD$400 pesos: por cada
4 libros pagados, los adquirientes
recibirán un ejemplar adicional; y por
cada 10, 3.
Presentamos aquí el prólogo y los
títulos del contenido
Saludos fraternos de Ignacio Miranda
Prólogo
Alguien
ha dicho que “cuando salimos sin saber
hacia dónde vamos, de repente podríamos encontrarnos donde no queríamos llegar”.
Lo que
está ocurriendo, hace tiempo, en el país, y en el mundo, es peor que eso. Nos
afanamos en buscar soluciones a los problemas económicos por la vía contraria.
No solo
le damos al dinero un valor que no tiene, y que nunca ha tenido, para la
satisfacción de las necesidades, sino que lo idolatramos como símbolo del poder
y el tener.
Mucha
gente quiere recibir dinero, mucho, fácil y rápido, sin importar las
consecuencias, en la mayoría de los casos, para satisfacer necesidades
ficticias que le proporción placer.
Con la expresión
“lo que gano no me alcanza”, hay gente
que no cae en la cuenta que lo requiere no es ganar más dinero, sino que con
cada peso que reciba compre más bienes.
Tampoco
cae en la cuenta de que muchos de los bienes deseados no son realmente
necesarios para elevar su calidad de vida, que es a lo que todos debemos
aspirar siempre.
Todo se
agrava porque la inequidad, como extensa brecha entre los pocos que reciben
demasiado y los muchos que les ingresa poco, hace que los primeros estén
dispuestos a pagar mucho más de lo que, realmente, valen las cosas.
Esa
ansiedad de recibir dinero de manera ilegítima, como el juego de azar, o
cualquier otro vicio; como también por vía delincuencial como robo, compras de
artículos robados, asesinato por encargo, corrupción, deshonestidad, y tantas
otras vías empleadas para conseguir dinero sin aportar el correspondiente
trabajo y producto que establecen en equilibrio entre el “dar” y el “recibir”.
Este libro tiene por fin rescatar el
valor fundamental de la Economía basada en el trabajo para producir los bienes
capaces de satisfacer las necesidades reales de todos los miembros de la
sociedad dominicana, de manera que puedan elevar la calidad de vida propia de
la dignidad de todo ser humano; y, compartir los excedentes con otros pueblos.
Este
valor ha sido secuestro por sectores de poder que sólo les interesa el dinero
fácil, rápido y mucho, sin importar los medios que utilicen. Y, peor aún, han
logrado una contaminación cultural que envuelve a personas de todos los sectores
y estatus.
EQUIDAD
INTEGRAL es el legado que quiero dejar a la sociedad dominicana, y más allá, al
retirarme de las aulas universitarias, a mis ochenta años de edad y más de
medio siglo de docencia universitaria, con la fe y la esperanza puesta en Dios,
que se encarnó en Jesucristo, por medio de la Virgen María y que puso su morada
permanentemente en nosotros, enviándonos su Espíritu Santo que con su Luz nos
señala el camino a seguir, y con su Ardor nos anima en el trabajo cotidiano.
Con
frecuencia, los libros son prologados, por alguna persona que no es el autor.
Son diversas las razones. No quiero especular. Lo cierto es que escrito en
primera persona. Mi razón la dejo claramente establecida: no deseo, no quiero
comprometer a nadie en mis opiniones, para que no sea necesario decir: “las opiniones son de la responsabilidad del
autor”.
Yo tenía
alrededor de 30 años de edad cuando me inicié en la docencia universitaria. Ya
había tenido algunas experiencias docentes a nivel básico y secundario.
En el año
1963 colaboré en la organización de los Institutos de Formación Integral (IFI),
una universidad católica auspiciada por la casa de Cursillos de Cristiandad.
Tras un año de organización iniciamos la docencia. Me correspondió dirigir la
Escuela de Economía, a nivel universitario; y la Escuela de Administración, con
grado de diplomado.
En ambas
escuela ejercía la docencia en diversas asignaturas de economía y sociología.
Su Rector era un amigo con quien compartí oficina y múltiples experiencias de
inspiración cristiana: política y cuerpos intermedios de la sociedad, tanto
funcionales como territoriales. Me refiero a Leonel Rodríguez Rib.
Tras la
guerra de Abril, de la que han escrito más mentiras que verdades, por razones
que no tienen mucha utilidad para el valor de este libro.
A partir
de ese momento colaboré en la docencia de la Universidad Autónoma de Santo
Domingo (UASD) y las universidades privadas que fueron surgiendo.
Colaboraba
ocasionalmente con el Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino. Durante la
rectoría de Monseñor Ramón de la Rosa se me concedió el honor de impartir las
asignaturas de Fundamentos de Economía y Doctrina Social de la Iglesia (DSI).
Esta
experiencia me permite afirmar que el mejor ambiente académico por el que he
pasado es el Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino (SPSTA), tanto en la
ubicación física como en el orden humano.
La
riqueza física se manifiesta, a lo interno, con la expresión de la vida vegetal
y el aire sano que se respira; a lo externo, está circundado por sanas
instituciones académicas, religiosas, sociales, residenciales de largos
antecedentes, comenzando la Casa San Pablo y el “Barrio de los Maestros”.
La
grandeza humana, la he percibido en la mayoría de sus maestros tanto en el
orden académico como en su humanidad; los funcionarios son modelos de
autoridad, valor muy escaso en otros ambientes; una gran proporción de mis
alumno seminaristas, durante cerca de tres décadas, los he percibido como
discípulos a quienes tengo en alta estima por su laboriosidad, disciplina y
humanidad cristiana; lo mismo puedo decir de los participantes en la Escuela de
Diáconos permanentes.
Con esta
obra me retiro de la docencia formal para dedicar más esfuerzo a las labores
orientadas por el principio que, durante años he procurado encarnar: producir
alimentos para el cuerpo y para el espíritu, desde el Bohío de Retiro Resolí
(BODERRES) y la Fundación Humanismo Integral (FHI).
Nos
merece un reconocimiento especial el Reverendo Padre Francisco Jiménez (Cualo),
Rector del SPSTA, cuya preocupación por la formación integral de laicos, como
lo revela la Fundación Kolping, entidad asesorada por él. La iniciativa del
Diplomado en Formación Política a partir del Pensamiento Socio-Político de
Duarte y Kolping, realizado en este año 2014, establece un precedente para una
escuela que imparte la asignatura Doctrina Social de la Iglesia.
Doy
muchas gracias a Dios por haberme permitido iniciar mi docencia universitaria
en una universidad católica modelo, y finalizar en el SPSTA, acreedor a ser la
institución universitaria de más alto nivel académico integral.
Este
libro es, en cierto modo, mi regalo de despedida de las aulas, aunque seguiré
produciendo para el cuerpo y para el alma mientras tenga capacidad para
respirar.
Y
quisiera terminar este prólogo con algunas aclaraciones y una propuesta.
LAS ACLARACIONES:
Primero, este libro no
es una obra acabada. La consideramos como el primer eslabón de una cadena. Esto
así, porque si me fuera a autodefinir diría que soy un maestro pionero de la
economía solidaria de comunión y participación. Creemos que es mejor que esta
tarea la continúen los especialistas.
Segundo, algunos de los
contenidos de esta obra constituyen correcciones y adiciones de de trabajos
nuestros publicados en otros libros, artículos y lecciones en aulas.
Tercero, no nos
hemos sometido al rigor metodológico convencional. Quizás me influencia un poco
la identificación pedagógica con San Pablo, como esta: “Para que seamos libres nos liberó el Mesías; así que manténgase firmes
y no se dejen atar de nuevo al yugo de la esclavitud” (Gálatas, Capítulo
VI).
Cuarto, desde hace
tiempo, pero a partir de ahora, muy especialmente, no me anima ningún interés
particular, y, mucho menos, rivalizar con persona o grupo alguno. Solo quiero
colaborar con lo que más convenga al desarrollo integral del país, a partir de la
siembra de la justicia para cosechar el fruto de la paz, “con horizonte de eternidad”, que solo puede ofrecer el Reino de
Jesucristo, con miras a un futuro más digno para la juventud.
Quinto, me mueve la
esperanza que proclama el Padre Zezihno en un verso de su canción “Balada por el Reino”, que dice: “Yo creo que el Nuevo Reino, lo va sembrando
la Juventud”.
Sexto, creo en la
juventud que encarna los valores del humanismo cristiano, no importa la edad.
Uno de los recuerdos más impresionantes de mi vida es la expresión que le oí
decir al creador de del Método Ver-Juzgar-Actuar, Monseñor José Cardjin, en la
celebración de su cumpleaños, hace justamente medio siglo: “Yo soy un joven de 80 años.”
LA PROPUESTA:
La
propuesta nace de unas inquietudes que hemos venido compartiendo hace tiempo
con esta expresión:
Tenemos muchos motivos de desesperanzas,
pero más razones de esperanza; y las razones son más poderosas que los motivos.
Los motivos son emocionales y, consecuentemente, superficiales; las razones
contienen la fortaleza de su profundidad.
Sin
embargo, no podemos negar, hablando en primera persona, que percibo a mucha
gente, buenas personas y buenos amigos nuestros, desesperanzados, desesperados,
desilusionados, y hasta el borde, o ya dentro del estado de depresión.
Dirigentes
de nuestro país les han robado sus valores más profundos, incluyendo la
esperanza, a pesar de la frase optimista proclamada en la película “Sueño de Fuga”: “La esperanza es buena y lo
bueno nunca muere”.
NUESTRA PROPUESTA, CONSISTE, EN
DEFINITIVA, en restaurar la esperanza, aproximándonos a todos aquellos que
compartimos este valor, comprometiéndonos a asumir la conducta profética de
denunciar el mal y anunciar el bien, sobre todo, encarnándolo, para practicarlo
como testimonio de vida.
Nosotros
tenemos el ejemplo de los fundadores de nuestra identidad. Su obra comenzó
apenas cruzando la adolescencia, llegando a la Independencia comenzando la
madurez, pero siempre con la firmeza de la adultez, hasta que la muerte puso
fin a sus vidas.
Duarte,
Sánchez y Mella, cada uno a su modo, y según sus condiciones físicas, no solo
fueron independentista sino también restauradores. No fueron oportunistas, ni
de posturas ocasionales, ni le pasaron facturas a ningún poder por los
servicios prestados a la Patria.
Si
hurgamos cuidadosamente en la Historia, Sánchez es el primer Restaurador, con
su discurso y su acción, héroe y mártir, valiente y humanista, solidario
defensor de sus compañeros, llegando a atribuirse él solo la culpa de asumir el
rol de Rescatar la Nación oprimida, proponiéndose a ofrendar su vida en aras de
la libertad de sus seguidores, aunque la mezquindad de Santana lo impidió.
El Capítulo VI del Evangelio según San Mateo nos alienta y fortalece
nuestro compromiso. Algunos versos son muy precisos:
“… No pueden estar al servicio de Dios y del
dinero… no anden preocupados, pensando que van a comer, o que van a beber, o
con que se van a vestir… Ya sabe su Padre del cielo que tienen necesidad de
todo eso. Busquen primero que reine su justicia, y todo eso se les dará por
añadidura…No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los
destruyen, donde los ladrones perforan paredes y roban. Acumulen tesoros en el
cielo, donde no roe la polilla ni destruye la herrumbre, donde los ladrones no
abren brechas ni roban. Pues donde está tu tesoro está tu corazón.”
Nuestra
propuesta se dirige a todas las personas de buena voluntad, especialmente a
quienes a quienes tienen mayor capacidad, por las funciones que ocupan y los
recursos que poseen.
Me
atrevo a sugerir algunos modelos de personajes históricos con los que podrían identificarse
nuestros conductores.
Algunas
líneas del Presidente Medina son claramente definidas, tanto en el orden
personal como en el orden político.
En el orden personal, nos
parece muy clara su imagen de modelo de padre de familia, en una época en que
tanto necesitamos esta figura.
En el orden político, nos parecen
muy definidas las indicaciones anti-reeleccionistas, la política económica
inclinada hacia el desarrollo a partir de la pequeña y mediana empresa, como
también la política educativa, aunque con ciertas variables cuestionables, como
el gasto en propaganda de ese Ministerio.
Creemos
que la imagen del joven rico del Evangelio le vendría muy bien. El diálogo
entre Jesucristo el joven rico podría resumirse así:
“… Se le acercó uno y le
dijo: Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para alcanzar la vida eterna? Jesús
le contestó: ¿Por qué me pregunta acerca de lo que es bueno?. Uno sólo es
bueno. Si quieres entrar en la vida guarda los mandamientos. El joven le
preguntó: ¿Cuáles? Jesús le dijo: No matarás, no cometerás adulterio, no
robarás, no perjurarás, honra a tu padre y a tu madre, y amarás al prójimo como
a ti mismo” (Mateo, Capítulo XIX).
Nos
parece que los ex-presidentes podría asumir la figura de Zaqueo:
“Entró en Jericó y cruzaba
la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era Jefe de publicanos, y rico.
Trataba de ver quien era Jesús, pero no podía a causa de la gente porque era
bajo de estatura. Se adelantó corriente y se subió a un sicomoro para verle,
pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista
le dijo: “Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me queda yo en tu casa”.
Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. Al verlo, todos murmuraban
diciendo ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador. Zaqueo, puesto en pie
dijo al Señor: “Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo
defraudé a alguien, le devolveré cuatro veces más. Jesús le dijo: “Hoy ha
llegado la salvación a esta casa” (Lucas, Capítulo XIXoy ha lklegado la salvación a esta casa”.).
Asimismo,
creemos que todo dirigente político, que, por supuesto, aspira a una función
encumbrada, le sería muy conveniente asumir el comportamiento de Salomón:
“… el Señor se apareció aquella noche en sueño a
Salomón, y le dijo: Pídeme lo que quieras…. Enséñame a escuchar para que sepa
gobernar a tu pueblo y discernir entre el bien y el mal” (I Reyes, Capítulo
III).
En
nuestra propuesta, hay variables muy concretas que los responsables tendrán que
asistir al juicio inexorable de la Historia, por supuesto tomando en cuenta que
una acusación no es una culpabilidad, más aún, ¿cuántas veces los acusadores no
han sido culpables y los acusados inocentes?
En las
diversas secciones que contiene este libro, el lector puede encontrar alguna
respuesta inicial a los diversos problemas humanos que padecemos.
Dentro
de estos problemas, la mayoría del pueblo dominicano es víctima, en el orden
económico, alto costos de los servicios, comenzando por los que rinde el
Estado, inequidad, endeudamiento; en el orden político: abuso de poder,
corrupción, privilegios incapacidad gerencial, deshonestidad, falta de
transparencia; en el orden social: agresión ecológica física y humana, juego de
azar, vicios, crisis del sistema de salud, injusticia, impunidad, violencia,
ejecuciones.
Como
tantas veces hemos dicho, los acontecimientos sociales, políticos y económicos,
son tan conexos que es muy difícil separar sus fronteras y establecer la raíz
del mal.
Algunos
son tan urgentes que, como un compromiso profético, hemos de señalarlos hasta
la saciedad, presentando, además, sus soluciones.
Los
servicios públicos de combustibles, energía, transporte, por ser vitales, en
todo momento y lugar, son des responsabilidad estatal, por ser el Estado el
rector del bien común.
En el
caso dominicano, Estado participa de la propiedad de estos servicios y su
comportamiento es negativo en diversas variables: es malo, caro, privilegiado
para los poderosos, injusto para la clase media, y disfrazado de subsidio para
los pobres porque los revierte en impuesto al consumo.
En tal
sentido, lo justo es: 1º Que el impuesto al consumo sea reducido a su menor
expresión; 2º Que los combustibles, dado que son importados, tengan la menor
carga tributaria posible y su precio sea real, no virtual; 3º Que las entidades
y empresas estatales de servicios sean dirigidas con eficacia y eficiencia
gerenciales.
En el
caso específico de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales
(CDEEE), debe ser una corporación mixta con capital estatal mayoritario, con
una dirección unifica en tres gerencias coordinadas: Generación, Distribución,
Superintendencia o Contraloría. Con un principio esencial: Que todo usuario pague lo justo por el servicio recibido, ni más ni
menos.
Todo lo demás podemos resumirlo en la
aplicación del valor de la justicia, en su concepción de la cultura cristiana y
la identidad nacional: Es el reconocimiento de lo que a cada persona
corresponde legítimamente y, tarde o temprano, es tan excelsa en la premiación
como severa en la sanción.
Y que
nadie se apoye en otro, por poderoso que parezca, porque el juicio inexorable
de Historia juzgará a cada quien por sus obras buenas o malas.
El autor.
CONTENIDO DEL LIBRO EQUIDAD INTEGRAL
Prólogo
Introducción
PRIMERA PARTE:
FUNDAMENTOS DE ECONOMÍA
Capítulo 1.1 Conceptos Económicos
Capítulo 1.2 Ramas de la Economía
Capítulo 1,3 Los Sectores Económicos
SEGUNDA PARTE:
BREVE INTRODUCCIÓN A LAS CIENCIAS SOCIALES
Capítulo 2.1 Campo de Estudio de las Principales Ciencias Sociales
Capítulo 2.2 Relación de la Economía con la Sociología
Capítulo 2.3 Relación entre Economía y Política
Capítulo 2.4 Relación entre Economía y Teología
TERCERA PARTE:
EQUIDAD INTEGRAL
Capítulo 3.1 Diversas Variables de la Equidad
Capítulo 3.2 Objetivos Sociales de la Inversión en Países Subdesarrollados
Capítulo 3.3 Equidad Político-económica
Capítulo 3.4 Métodos del Humanismo Cristiano
Capítulo 3.5 Modelos de Economía Solidaria
Capítulo 3.6 El Sistema Cooperativo
Capítulo 3.7 Perfil del Dirigente Humanista Integral
Capítulo 3.8 Breviario Humanista
APÉNDICE
Cátedra Humanismo Integral